jueves, 16 de junio de 2011

24

Realmente no puedo creer que voy a cumplir 24 años, les juro que todo fue un abrir y cerrar de ojos desde que cumplí 20. No quiero aburrirlos con el típico cuento de que “He vivido y aprendido tanto” aunque así sea en realidad. Creo qué lo que más me duele de haber crecido, es no haberme dado cuenta de ello. Siempre quise ser más grande, hacer todo lo que “hacían los grandes”, independizarme, ser un adulto y todas esas cosas parecían ser el cielo.

El mundo se la ha pasado dándome bofetadas desde qué salí de casa creyendo que iba a ser el hombre más feliz del mundo, busque libertad y encontré que viene acompañada por una terrible soledad. Ahora entiendo a muchos que no salen de casa, que sienten esa seguridad de que al otro lado está alguien que conocieron toda su vida. Extraño a mi familia, muchísimo. Pero al mismo tiempo ya no puedo volver atrás, ya no puedo volver a esa casa dónde era un niño. 


Me salí para demostrar que podía yo solo y es lamentable aceptar que aún no lo logro. Aunque he viajado y vivido mucho, todo se lo debo a mis padres. Los dos me han ayudado muchísimo y sin ellos no hubiera logrado todo lo que he hecho, malo o bueno. Y ahora siento que soy un adulto, pero no me siento así, a veces me gusta pensar que todavía tengo 20 años, pero no es así, las consecuencias de muchos de mis actos me han costado muy caras como para seguir pensando como un aquel escuincle que salió de su casa a los 20 y la vida me ha tratado duro como para ignorar que ha llegado el tiempo de crecer como persona, como profesional en lo que busco y quiero hacer. 


He pasado etapas depresivas, momentos de locura, momentos de amor, de despedidas, de nuevos hogares, de nuevas caras y siento que soy una esponja absorbiendo todo a mi alrededor, pero el problema no es absorberlo, si no procesarlo de la mejor manera y expresarlo de la mejor forma, para entenderme con personas que pasen por lo mismo que yo, para transmitirlo a personas que pueden evitarse muchos dolores de cabeza, del alma y del corazón. Tenía mucho tiempo que no escribía algo tan personal en mi blog, de repente empecé a postear puros proyectos, por que tengo sed de crecer, pero se me olvidaba que soy un simple solitario, que lo único que quiere es transmitir al mundo lo que ha vivido. Y tratare de hacerlo de la mejor manera posible o moriré en el intento.

Hoy… 24 años. Ya no soy un niño, ¿Qué digo niño? ADOLESCENTE… ¿Qué digo ADOLESCENTE? Soy solo una persona sufriendo crisis emocionales, existenciales y tratando de buscar ya no la aceptación social o la felicidad. Al que más busco es a mi mismo… que me perdí entre tanta pretensión, entre tanta mierda e inseguridad. Espero algún día tener las fuerzas que tenía unos años atrás y las ganas de comerme al mundo, en vez de que el muy maldito me coma a mi… felices 24, aunque la felicidad es relativa, tanto como la edad.


PD: Escribí esto ayer, y al leerlo hoy lo siento medio depresivo - como lo es normalmente todo lo que escribo - pero cabe mencionar que en mis cumpleaños siempre me lleno de energía y de toda la buena vibra de tanta gente que he tenido el placer de conocer. Diferentes a mi, que me han enseñado mucho más de lo que yo a ellos. 

No estoy en un mood tan deprimente como suena. La mayoría de las cosas que tengo ahora son tan buenas y tan mías, que me aferro a ellas como un loco.

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