lunes, 11 de julio de 2011

Milagro en la calle Vallarta.

Estos últimos dos años he tenido una sensación súper extraña. No sé si el nacimiento de está nueva sensación se deba a todos los problemas depresivos que tuve el año pasado o si simplemente sea algo de la edad. Pero les explico:

Es super extraño, jamás lo había sentido antes. Siento que el tiempo se me va de las manos de la manera más absurda, que no puedo ni siquiera saborear ningún momento de mi vida. En cuanto estoy en un momento padre, se esfuma en cuestión de segundos... ¡Se va!. Para mi un buen momento, vaya... disfrutable, sería por ejemplo: cuando estoy bailando en una presentación o actuando, en una buena platica con alguien interesante, con tus mejores amigos, grabando o trabajando en algo que tenga que ver con el cine, etc. 

Ese tipo de cosas que en verdad disfruto como un loco o al menos eso pensaba... siento que ni las disfruto, de repente lo que estoy haciendo es recordando esos momentos, me doy cuenta de lo bueno que fueron y siento que ni siquiera estuve ahí, los recuerdo como si fueran una película o algo que nunca paso, me veo de repente platicando sobre eso o recordando mediante vídeos o fotografías. 

Todo esto me tenía muy angustiado, estuve casi 6 meses pensando en ¿Por qué diablos no disfrutaba esos momentos? ¿Por qué tenían que pasar tan rápido de mi?...

Hasta hace unos días (y ya sé que se va a escuchar mamón) pero tuve una revelación... iba yo - súper pedo - caminando a mi casa y de repente empecé a hablar solo, empecé a cuestionarme todo estas cosas que les estoy contando y de repente de la nada ya estaba yo hablando con Dios (ajá, con ese Dios) le hable en voz alta... directo le empecé a preguntar todo tipo de cosas. Sí alguien hubiera pasado por ahí, es más no dudo que alguien me haya escuchado y/o visto hablar solo, por que realmente venía hablando en voz muy alta. 

Estaba yo súper concentrado en esa plática con el grandísimo "Dios" y de repente le empecé a decir de una manera MUY altanera (ya saben, la peda...) ¡Qué me diera una señal de que el existe! Qué ya me había cansado de estar triste, deprimido y de pensar que la vida era una bola de patrañas disfrazadas de cosas "padres" como el dichoso "amor", como los "milagros" y todas esas cosas que he escuchado que existían y nunca había visto NI UNA, ni sentido NI UNA misma.

Estaba yo gritando como un imbécil en plena Avenida Vallarta esas cosas, cuándo de repente de una combi bajaron a una mujer (calculo 29 a 34 años máximo) de una forma tan culera, que ella solo azotó la puerta, acto seguido el coche arrancó y desapareció muy rápido. Ella se veía tan frustrada y empezó a caminar hacia dónde yo estaba.

Se los juro que miré al cielo (que Dios, ni está ahí... supongo) y dije "¡Ahora sí te la mamaste!". La morra pasó junto a mi y yo le pregunte: "¿Estás bien?". Ella se detuvo, súper insegura y se me quedó viendo con una mirada tan triste, pero no me respondió nada y le volví a decir "Morra, no hay pedo... no te voy a hacer nada no mames... ¿Todo bien?". Me respondió casi llorando "¡Obvio no! No estoy bien, mi estúpido novio me acaba de dejar aquí sola, borracha y sin dinero. Estoy que me lleva la chingada"...

Para no hacerles la historia larga... (aparte de que MUY PROBABLE utilice esto para algún cortometraje o película jaja). Caminé con ella hasta la minerva, desde Chapultepec más o menos y tuve una de las pláticas más interesantes de mi vida. La morra estaba tan desconcertada de que un desconocido le ayudará que hasta me preguntó... (en su peda, obvio) "¿Eres un ángel?"...

Me super cague de la risa obviamente, uds. que me conocen bien saben que soy todo menos un pinche ángel. Pero saben, tal vez en ese instante lo fui para esa morra. Si no le hubiera yo preguntado que pedo y ni la hubiera mandado en taxi a su casa, no sé que hubiera sido de ella (por lo que me contó... mucha fiesta dura, sexo desenfrenado y drogas fuertes) vaya, cosas qué YO más que nadie sabe que solo empeoran ese tipo de situaciones. 

Al final sentí un gran alivio, las últimas dos cuadras le agradecí a Dios por la experiencia y por su tan pronta respuesta, le pedí que ya no se pasara de verga y me ayudara a superar mis pedos emocionales. ¿Pero saben? El no se pasa de verga, nosotros siempre estamos como estamos por pura decisión propia. 

Y creo que al fin entendí que la vida se vive en presente, se disfruta del pasado y se prepara uno para lo que viene en el futuro. Un claro ejemplo es que cada vez que recuerde esta historia que comparto con ustedes, voy a sonreír de toda la sarta de pendejadas que hable con aquella morra buchonsísima y buenísima onda. En el momento yo ni siquiera estaba tan consiente de que tan buena sería la experiencia, hasta ahora que miro para atrás. Y creo que el sentimiento de "no disfrutabilidad" de las cosas, desaparece poco a poco, por qué estoy aprendiendo que así tiene que ser, tenemos que mirar atrás y sonreír, siempre.

Amén.

UPDATE: Me llevó súper padre con Dios, somos bien compas ahora.

1 comentario:

  1. que bonito! n_ n y que bueno que te sientas mejor
    y que chistoso cotorrear con buchones jaja
    muac!

    ResponderEliminar