sábado, 12 de mayo de 2012

Hierbas Malas

Desde qué tengo memoria hasta hoy en día, mi abuela es amante de las plantas, las flores y los arboles. Todo lo que tenga que ver con jardinería le apasiona y el jardín que tiene es de los más bonitos y lo más padre es que crecí muy feliz en el. Se pasaban las horas jugando con lodo, animales y demás cosas que te ofrece un jardín grande y bien cuidado. Pero lo que más me impresionaba era la paciencia y el esfuerzo de mi abuela por cuidar su jardín, se levantaba temprano y lo primero que hacia era contemplarlo y checar si algo andaba mal, la mayor parte del día la podías ver sentada cortando "hierbas malas" y en una de esas ocasiones me dio un consejo que sin duda alguna fue el que más se quedo rondando en mi cabeza, esto hace unos 20 años. 

Le pregunte que por qué quitaba esas hierbas si se veían casi igual que el pasto - super ingenuo a la edad de 4 años - y le dije que a mi se me hacían casi igual que el mismo pasto, que no entendía por que las tenía que quitar. Volteo y me dijo: "Si algún día llegas a tener un jardín, lo primero que tienes que aprender a hacer es identificar la hierba mala. Esta es muy parecida a la buena, pero la diferencia es que no deja crecer a la buena, incluso puede llegar a eliminarla por completo." En ese momento entendí por que le dedicaba tanto tiempo al jardín, fue la primera vez que mi mente razonó que había cosas que debían de ser arrancadas de raíz para que no ocasionarán problemas. Y es una enseñanza que no sólo ha servido para plantas y jardines, si no para toda mi vida.

A veces, hay personas que son exactamente igual a esas hierbas. Uno las puede confundir fácilmente por que parecen buenas. Pero su fin es distinto, su fin es invadir, destruir y a final de cuentas apropiarse de elementos que no les pertenecen. La solución es muy clara y lo he aprendido bien. La hierba mala se arranca de raíz, si no sigue creciendo en tu espacio e invadiendo cada idea, cada parte de ti. Jamás olvidaré esta enseñanza y la aplicare cuantas veces sea necesario, hoy... no es la excepción. Mis proyectos y mis ideas jamás podrán ser quitadas de mi mente por más que las personas quieran robarmelas. Me esforzaré por cuidar mi jardín, por qué realmente es algo que en un futuro me dará frutos y aunque tal vez tenga que empezar de cero, no importa. La hierba se arrancó y como me enseño mi abuela: El trabajo paga, no las palabras. Así que más trabajo y menos charla.

1 comentario:

  1. muy padre analogía Chino, felicidades arranquemos de raíz toda esa hierba mala

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