martes, 15 de octubre de 2013

Me duele, pero me gusta.

Siempre el duelo de dejar ir a alguien es muy fuerte. Cuando una persona que le dio tanto sentido a tu vida desaparece de ella, tu mente y tu cuerpo juegan con los sentimientos, las memorias, los besos, los abrazos, con la costumbre de sentir a esa persona cerca de ti y de repente no poder hacerlo. ¿Pero realmente tiene que ser una experiencia tan dolorosa o duradera? Me he dado cuenta que con los años aprendes a que todo cae en su lugar, donde siempre debió estar. La vida que se vive en este mundo es un circulo muy intenso, todo se regresa, todo viaja, todo da vueltas en su redondez. Realmente nosotros tenemos que buscar siempre el lugar donde nos sintamos completamente cómodos, felices, completos. Donde sintamos que estamos haciendo algo bueno por el mundo, algo que va a trascender de una manera impresionante, algo que tal vez un día cambie la vida de alguien, abra la mente de cualquiera o le dé una lección de vida a cualquiera que lo experimente, viva o haga al transmitirlo de corazón y de nosotros mismos. Hoy me siento raramente feliz por las últimas decisiones que he tomado y agradezco infinitamente las lecciones de vida que aprendí este año. Aprendí a amar, a vivir, a dejar cosas atrás, aprendí que no siempre los deseos carnales y el loco amor gana, que las amistades que empiezan rápido probablemente terminen de la misma forma y que siempre se va a extrañar con todo el corazón a las personas, hayan sido malas contigo o hagan cosas para lastimar, si las amaste de verdad y las admiras de verdad, siempre hay tiempo y espacio en tu corazón para entender y perdonar. Mientras tanto sigo esperando a esa persona que llegue y que cambie mi vida, que con una mirada lo cambie todo. Tengo ganas de enamorarme más que nunca, por que es un sentimiento hermoso. Sentir que puedas dar todo por alguien, saber que cuando caigas estará ahí y cuando te levantes no habrá persona más orgullosa de ti. Si miras a tu alrededor y te sientes feliz, seguramente estás en el lugar correcto y es exactamente ahí donde tienes que estar. No mires atrás y si mira hazlo para recordar todo: Enojos, sonrisas, besos, peleas, reconciliaciones que terminaron en la cama y dramas que terminaron en viajes a un lugar nuevo y desconocido. Mira lo malo y aprende de el, extraña lo bueno y desea algo mejor que eso que ya tuviste. Siempre se puede algo mejor, no te conformes con la experiencia vivida. El ser humano está en constante evolución, en constante aprendizaje y madures. Si alguien ya no está en tu vida es por que ese ciclo ya se cerró y es hora de nuevos horizontes, nuevas metas, trazar cosas nuevas. A veces la fuerza necesaria para seguir adelante viene de la forma más extraña que te puedas imaginar, la energía viaja de una manera impresionante y si sientes que aún te afecta lo que esa otra persona haga es por que seguramente todavía existe una conexión entre ambos. Sin embargo no confundas extrañar, no confundas querer volver, no confundas volver a caer en algo ya vivido... a veces somos muy desesperados y queremos el amor de la primera persona que nos muestra afecto. Sin embargo debemos de esperar por las cosas que realmente valen la pena y tal vez esperes un poco, pero en cuanto menos te lo esperes ahí estarán unas pupilas dispuestas a verte a los ojos y hacerse grandes, por unos brazos que se abrirán para sujetarte fuerte y que no te quieran dejar ir, una sonrisa que cura todo mal y lo más importante una persona que estará a tu lado y te aceptara como eres, con errores, con fallas, con tus cosas buenas y malas. ¿Y sabes que es lo más probable? Qué repitas todo el ciclo de pelas, besos, enojos, reconciliaciones que terminan en la cama. Pero tal vez está vez tengas un poco más de experiencia y sepas valorar ese ciclo, sepas trascender con el y vivas una etapa nueva en tu vida. Yo digo que vale la pena esperar... ¿Mientras tanto? Haz lo que te haga feliz, por que no hay nada más atractivo en una persona que una sonrisa sincera.

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